Esta propuesta de revisión de las normas de la UE sobre la información facilitada a los consumidores forma parte de la estrategia de la UE «de la granja a la mesa».
Su objetivo es garantizar una mejor información en el etiquetado para ayudar a la ciudadanía a tomar decisiones alimentarias más saludables y sostenibles y hacer frente al desperdicio de alimentos. Para ello propone:
- Introducir un etiquetado nutricional normalizado y obligatorio en la parte frontal del envase.
- Ampliar la información obligatoria sobre el origen o la procedencia de determinados productos.
- Revisar las normas sobre la indicación de fechas (fechas de caducidad y de consumo preferente).

Teniendo en cuenta las normas de etiquetado actuales, la información nutricional proporcionada en el envase de los alimentos no siempre es bien comprendida, clara y sencilla, lo que dificulta la elección de alimentos saludables. Además, las declaraciones nutricionales y de propiedades saludables pueden, a veces, enmascarar el estado nutricional general de los productos alimenticios, lo que podría resultar engañoso para las personas consumidoras que intentan tomar decisiones buenas para su salud.
Por otra parte, aunque el etiquetado de origen ya es obligatorio para ciertos productos alimenticios, hay una demanda creciente de los consumidores y consumidoras para conocer el origen de sus alimentos y, por tanto, se extienda esta indicación de origen obligatoria a otras categorías de alimentos.
Además, la ciudadanía en ocasiones malinterpreta y hace un uso incorrecto del marcado de fechas en el etiquetado. Según los datos del Eurobarómetro de 2015, menos de la mitad de los consumidores entiende el significado de las fechas de caducidad y de consumo preferente.
La consulta pública lanzada hoy por la Comisión Europea tiene como fin recibir aportaciones de una amplia gama de la ciudadanía y partes interesadas, en particular las autoridades nacionales competentes, organizaciones no gubernamentales, el mundo académico, los expertos científicos, los operadores de empresas alimentarias, los agentes económicos y sus asociaciones profesionales.
Dada la importancia del tema, desde la AESAN animamos a implicarse en esta consulta pública.
La fecha límite de la consulta es el 4 de febrero de 2022, y se puede acceder a la consulta en el siguiente enlace.
Debemos tener claro que es imprescindible actuar contra el despilfarro de alimentos y que eso debe enfocar las respuestas que demos sobre el etiquetado. Todos los estudios indican que la fecha de consumo preferente es una causa errónea de descartar alimentos perfectamente válidos, por lo que planteamos que desaparezca la fecha de consumo preferente y se quede, sólo en los casos necesarios, la fecha de caducidad, junto a la indicación de la fecha de fabricación.
Es importante acompañar esta medida de desaparición de la fecha de consumo preferente con una campaña continuada de educación del consumidor, para que sea capaz de entender mejor el valor de los alimentos y emplee sus sentidos (ver, oler, probar) y su sentido común, (apoyado por las fechas como orientación) como principal referencia a la hora de desechar algún alimento.
Es evidente que hay multitud de productos como pan, carne, pescado, frutas, verduras, frutos secos,… que se adquieren sin ninguna fecha orientativa, y que es la inteligencia del consumidor la que indica la idoneidad del consumo.
También se podría mejorar con sistemas de control (en envasados) que indican la calidad del alimento en función de su contenido en ciertos gases, mediante un cambio de color en un «dispositivo inteligente».
Además genera una barrera para las donaciones de alimentos, al considerarse la fecha de consumo preferente como una fecha tras la que no debe donarse, de la misma manera que se tiene la percepción de que no debe consumirse.
En todos los casos va a ser necesario impulsar campañas de información y formación al consumidor, para que comprenda la idoneidad de los alimentos a consumir, en base a sus sentidos y lógica.