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Día Mundial del Agua se escribe con «D» de Despilfarro y «A» de Alimentario

Hoy 22 de marzo, se celebra el Día Mundial del Agua propiciado por la ONU. Según el último informe de este organismo sobre despilfarro de alimentos, en el mundo se tiran a la basura cada año 931 millones de toneladas de alimentos Sólo en las fases de distribución minorista, restauración y consumidores finales, sin contar con la fase de producción e industria alimentaria.

Eso supone que uno de cada tres alimentos se produce, literalmente, para nada. ¿Se imagina que uno de cada tres billetes que usted gana con su trabajo, los tirase directamente al contenedor de papel? Pues así de grave y de absurda es la cuestión.

Un tercio de los alimentos, fundamentalmente sólidos, sin poder cuantificar adecuadamente los líquidos, que añadirían más toneladas al absurdo, pero que no se pueden evaluar porque se arrojan por el fregadero o el retrete. Leche, zumos, agua envasada, sopas,…

Al final, un derroche impresionante de agua, un recurso (cada vez más) escaso e imprescindible para la vida y la alimentación. Cómo será de importante que ya se está empezando a negociar y especular con ella en la bolsa de Wall Street.

Y la tiramos, la desperdiciamos, la despreciamos, la contaminamos, la despilfarramos… casi sin darnos cuenta.

Querido lector, párese un momento a pensar en el agua y los alimentos. Piense en el agua que se utiliza para regar los cultivos o dar de beber al ganado, el agua que se necesita para limpiar y procesar los productos, para cocinarlos en las industrias o en su casa, añada la que se precisa para procesos indirectos como la limpieza de naves agrícolas, ganadera, en la industria, en la restauración, en los tiendas o el transporte.

Permítame que le pongamos nombre y números al absurdo. Esto es a lo que se denomina huella hídrica, que es el impacto en el consumo de agua en la producción de cualquier bien. Pues bien, la huella hídrica del despilfarro anual mundial de alimentos es de 250 km3 (250 billones de litros de agua = 250.000.000.000.000 litros de agua). Escalofriante.

Sin embargo esos números son tan grandes que no nos caben en la cabeza y no nos hacemos una idea de lo que significan. Si no se ha aburrido permítanos poner dos ejemplos para hacer una aproximación a lo que eso significa en nuestra vida cotidiana.

Una bañera al día

Un estudio de la Universidad Politécnica de Madrid, que analizó en 2019 el consumo alimentario de los hogares españoles durante un año, estimó que la huella hídrica asociada al desperdicio de alimentos supone 131 litros (o a una bañera llena de grandes dimensiones) por persona y día.

Concretemos un poco más. Se estima que la huella hídrica de una hamburguesa es de 2.529 litros. Entonces ¿cuántos litros se derrochan cuando se tira un pedacito de esa hamburguesa?. Piénselo la próxima vez que vaya caminando hacia el cubo de la basura. Por último, considere que eso no es un tema puntual. En España tiramos a la basura 169 kg de alimentos por persona y año. Sumados son 8 millones de toneladas al año en nuestro país y 89 en la UE.

No queremos aburrirle. Seguro que ya está más concienciado que antes de leer este artículo. Pero permítanos añadir algún detalle más. Cuando tiramos alimentos, no sólo desperdiciamos comida y todo el agua que hemos visto, sino que despilfarramos todos los recursos dedicados a producirlos y llevarlos desde el campo al plato: suelo, energía, fertilizantes, fitosanitarios, mano de obra y un largo etcétera. Piense que una de cada tres hectáreas, uno de cada tres kilovatios,…. van a la basura junto a ese alimento.

Un esfuerzo más y terminamos. Desperdiciar agua no es sólo tirar el agua que se utilizó en ese proceso de ese alimento, es dificultar el acceso a la misma para producir nuevos alimentos, para beber los animales y las personas.

El agua es el factor más limitante para la vida y para los alimentos. Y cada vez es más escasa, en nuestro país, pero sobre todo en muchos países del Sur global. Mucha gente muere de sed o por mala calidad del agua, o de hambre por no poder producir alimentos por falta del líquido vital. Una buena parte de esa agua se dedica a producir alimentos, refrescos, cosméticos o agrocarburantes para nuestros países enriquecidos. Y una buena parte de ellos, para acabar en los vertederos. Dramático.

Y todo este absurdo ¿tiene solución?

Lo bueno de todo ello es que sí la tiene. Y además es sencilla, es económica ¡y está en nuestras propias manos!

¿Cómo? Te ofrecemos una serie de consejos fáciles para el día a día:

  • Analiza tu propio comportamiento: se consciente de cada detalle, mira lo que tiras.
  • No derroches agua. No dejes el grifo abierto en la ducha, al lavarte los dientes o al cocinar. Aprovecha esa agua para fregar o regar.
  • No tires comida o líquidos. Reaprovecha, reutiliza, hay un montón de recetas para aprovechar las sobras.
  • Conserva los alimentos en buenas condiciones y congela cuando sea necesario.. Los alimentos están perfectos tras la fecha de consumo preferente. Guíate por tus sentidos y el sentido común Comprueba antes de tirar un alimento que acaba de superar su fecha de caducidad.
  • Compra sólo lo necesario. No te dejes llevar por ofertas de 3×2 que no vayas a utilizar.
  • Adquiere productos de temporada, locales, más frescos y poco transformados.
  • Consume legumbres. Consume productos ecológicos (hay muchos grupos de consumo que acercan estos productos a precios económicos).
  • Compra frutas y verduras que no sean perfectas estéticamente. La belleza está en el interior. El descarte por criterios estéticos (tamaño, color o forma) es una de las principales vías de despilfarro de alimentos… y de agua.
  • Sírvete lo justo en el plato. Seguro que acabarás satisfecho y tu salud lo agradecerá.
  • Pide que te entreguen la comida que no consumas en los restaurantes. Ellos agradecen que no se tire sus recursos y que se valore su trabajo.
  • Infórmate y fórmate. Lee, acude a charlas, habla con tus amigos y familia. Comparte en redes.
  • Júntate a otros y haz presión ambiental: en el colegio, en el comedor de tu trabajo, en la frutería, cualquier momento es bueno para luchar contra el despilfarro de agua y alimentos.
  • Asóciate para exigir una ley contra el despilfarro de recursos como los alimentos y el agua. Ya hay comunidades autónomas y países enteros que están dando pasos en este sentido.

Sólo dos cosas más

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