Acabamos de conocer una noticia que se titula literalmente “Para lo que pagan, mejor tirarlo”. Y así lo han hecho. 40.000 kilos de pepinos, pimientos y otras hortalizas se han tirado como protesta por los bajos precios de estos alimentos en el mercado.
En otras ocasiones hemos comentado que el sistema alimentario es injusto y despilfarrador y alguno habrá pensado que era una exageración. Pero no lo es.

Nuestro sistema alimentario obliga a los productores a producir cada vez más cantidad y cada vez más barato, con la convicción de que hay que ser más competitivo, aunque sea a costa de externalidades (costes que no se computan en el precio) como agotamiento de tierras, contaminación de suelos y aguas, uso creciente de agroquímicos y fertilizantes y una mano de obra mal pagada y sobreexplotada, entre otras.
El señuelo es de lo más cínico: hay que alimentar a una creciente población y demanda global. Hay que evitar el hambre (como si dependiera de producir más). Si eso fuera así, la teórica ley del mercado dice que con una demanda fuerte, los precios se mantienen e incluso crecen.
Sin embargo la realidad es bien distinta: los precios, en demasiadas ocasiones, están por los suelos. El sistema alimentario, dominado por grandes empresas del agronegocio, sigue ganando dinero en la venta de semillas, fitosanitarios, fertilizantes o energía, entre otros, dedicados a esos cultivos. Y por el otro lado de la cadena, la industria y la distribución aprovecha los bajos precios para apretar aún algo más. Entre medias, el productor, agricultor o ganadero, se ve en la tesitura de tener alimentos, listos para vender, pero cuyo precio no cubre ni los costes ni la mano de obra empleada. No justificaremos desde esta web esta forma de protestas pero entendemos que son una muestra de la desesperación que acompaña a la previsible ruina de los productores. Resulta inadmisible que tengan que llegar, con relativa frecuencia, a este tipo de protestas. Tirar alimento nunca puede ser una solución aceptable. Con ello van a la basura alimentos necesarios, más en un momento como éste, y todos los recursos dedicados a producirlos (agua, suelo, trabajo, energía, etc), como se analiza en el siguiente video
Ante estas circunstancias se hace necesario que se proteja al productor, el eslabón más débil de la cadena, prohibiendo la especulación con los alimentos y el abuso por parte del resto de agentes de la misma, amparando la declaración de los derechos de los campesinos (sin ratificar por el gobierno español) o buscando fórmulas alternativas a la destrucción de los alimentos para estas situaciones.
Los productores también deben reforzar su protagonismo a través de cooperativas y asociaciones. Y los consumidores también tienen, tenemos, la obligación de buscar y comprar el producto local y no siempre el más barato. Porque lo barato, termina saliendo caro.
Para lo que pagan, mejor tirarlo: Entre entre 30.000 y 40.000 kilos de pepino y hortalizas a la calle ante los bajos precios
Artículo aparecido en Agroinformación el 17 de noviembre
Algo más de un centenar de agricultores de la costa de Granada han tirado este martes 17 en la carretera N-340 a su paso por Carchuna, en el término municipal de Motril (Granada), entre 30.000 y 40.000 kilos de pepino y hortalizas en señal de protesta por la caída de precios en origen de este producto, en una protesta convocada por COEXPHAL-APROA. Los agricultores también rechazan la entrada incontrolada desde Marruecos, en las últimas fechas, de productos hortofrutícolas, entre ellos el pepino o el tomate.

Las movilizaciones continuarán en los próximos días mientras no se busque una solución al problema, que ocasiona que el precio del pepino y hortalizas estén por debajo del coste de producción, según han indicado a Efe fuentes del sector.
El acto de protesta ha durado algo más de dos horas y ha motivado el corte de la N-340 a su paso por Carchuna, una de las arterias de comunicación más importantes de la costa granadina junto a la A-7.
Durante la movilización, los agricultores han tirado la producción de pepinos recogida este martes, además de la que transportaban algunos camiones que iban a las empresas comercializadoras ubicadas en la zona.
Un portavoz ha indicado que con el actual precio, que no llega a los 10 céntimos el kilo, no cubren gastos, situación que se ve agravada estos días por la entrada de productos desde Marruecos
EL PEPINO SE COTIZABA AYER A 0.16 € DE MEDIA Y EL TOMATE LISO A 0.14 €.
El sector mantiene que esta situación del pepino y hortalizas se repite año tras año, por lo que demandan una solución urgente por parte de las administraciones.
Ante esta situación sostenida de caída de precios, durante más de una semana, COEXPHAL-APROA ha reunido su Junta Directiva con urgencia para analizar esta grave situación que sufre el sector hortofrutícola almeriense un año más.
En dicha Junta, se ha informado de los volúmenes y precios actuales, con comparativas de otros años y otros orígenes. Algunos datos llamativos son que el pepino se cotizaba ayer a 0.16 € de media y el tomate liso a 0.14 €.
La situación, lejos de mejorar, se prevé que puede empeorar en los próximos días/semanas debido a varias circunstancias: condiciones meteorológicas muy favorables, presencia de producto holandés (se ha alargado su campaña), descontrol de entradas de productos de terceros países, etc.

Como consecuencia de todo ello, se ha decidido lo siguiente:
- Reclamar a las administraciones competentes la protección de los productos hortofrutícolas europeos, frente a la entrada sin control del producto de terceros países en clara desventaja competitiva.
- Recomendar a todos sus asociados la retirada del 5-10 % de productos con calidad comercial, a fin de disminuir la oferta actual. Para ello, se ha solicitado a la administración puntos de retirada de producto para visualizar este acto.
- Seguir reclamando a las administraciones competentes la persecución de prácticas ilegales como el re-etiquetado fraudulento de productos provenientes de terceros países. Así mismo, reclamar los nombres de las empresas expedientadas por estas prácticas, al objeto de expulsarlas de la asociación.
Por otro lado, se ha verificado que la actual ley de la cadena, lejos de mejorar la situación, no responde en absoluto al objetivo primordial que debería tener, proteger al eslabón más débil de la cadena, el agricultor y su empresa productora-comercializadora.